Parteras / Midwives
Asociación de Parteras Rosa Andrade
For the past three decades, the Association of Parteras Rosa Andrade, a group of 30 midwives, has been fighting for the reproductive rights of thousands of people living in 35 rural communities in the municipality of Suchitoto, Cuscatlán, El Salvador. Most of the midwives either began or continued the work of attending births during the 12-year-long Civil War, when pregnant people in rural areas and guerrilla and refugee camps could not seek medical attention due to the extreme terror inflicted by the U.S.-backed military dictatorship. Many of the midwives learned ancestral midwifery practices from their mothers and older midwives in their communities.
La Asociación de Parteras Rosa Andrade es un grupo de 30 parteras que llevan tres décadas luchando por los derechos reproductivos de miles de personas que viven en 35 comunidades rurales del municipio de Suchitoto, Cuscatlán, El Salvador. La mayoría las parteras comenzaron o continuaron el trabajo de atender partos durante la guerra civil de 12 años, cuando las personas embarazadas en áreas rurales y en los campamentos guerrilleros y de refugiados no podían buscar atención médica debido al terror extremo infligido por la dictadura militar respaldada por los Estados Unidos. Muchas de las parteras aprendieron prácticas ancestrales de partería de sus madres y parteras mayores en sus comunidades.
Cuando ex guerrilleros y refugiados comenzaron a repoblar el municipio de Suchitoto, Cuscatlán al final de la guerra, construyendo comunidades con los escasos recursos de que disponían, las parteras continuaron atendiendo partos. En ese momento, el único hospital del municipio era completamente inaccesible para las personas que vivían en comunidades rurales; las parteras eran la única ayuda disponible durante los partos y otras emergencias médicas. Entre 1993 y 1994, los dos años posteriores al final de la guerra civil, 45 parteras se organizaron y recibieron capacitación “formal” de un programa establecido por dos enfermeras parteras que trabajaban con el Fondo Internacional de Socorro Médico. La mayoría de estas parteras han permanecido organizadas como asociación durante desde ese entonces.
El gobierno salvadoreño no reconoce el trabajo de las parteras y en la última década ha hecho un gran esfuerzo para prohibir que las parteras ejerzan en todo el país. En 2011, la asociación recibió una carta amenazante del Ministerio de Salud advirtiendo que los partos comunitarios están prohibidos y que si algo saliera mal durante un parto, la partera presente podría ir a la cárcel. A pesar de la represión extrema, la asociación continúa brindando atención prenatal, anticonceptivos, educación sobre salud sexual y asesoramiento sobre violencia doméstica a personas en comunidades rurales. A pesar del riesgo que corren de ser perseguidas, las parteras también atienden partos en casos de emergencia, especialmente durante el COVID-19 porque los hospitales están llenos.